Este es el titulo con la que generalmente se conoce a la famosa escultura romana del siglo Ia.C. que representa a un niño quitandose una espina del pie.
En este caso la escultura presentada se trata de un relieve basado en dicho motivo clásico. Para ello se ha prescindido de una representación total de la misma buscando en el fragmento la composición adecuada para la escultura.
El relieve está realizado en resina sobre marco de madera con unas dimensiones de 45 centímetros de ancho por 60 centímetros de alto.